Y es que «Los 99 novios de Micah Summers» perfectamente podría ser la versión queer de Cenicienta.
Micah es un chico algo inseguro y cortado que pese a ser muy enamoradizo y super peliculero (como yo) no suele atreverse a dar el primer paso con sus crushes. Al final suele terminar dibujándolos y publicando la ilustración en su cuenta Instaloves, allí nadie sabe quién es y puede dar rienda suelta a su imaginación creando una cita idílica con personajes casi de cuento, y así de paso pasar página, nunca mejor dicho, con cada uno de los, hasta ahora 99 crushes, para seguir con su día a día donde probablemente seguirá sin atreverse a nada.
Decidido a que esta vez no puede escaparse, y seguro de que el número 100 por fin ha llegado y no puede ser otro que él, nuestro protagonista empezará a hablar con él y sorpresa, todo entre ellos fluye genial, parece que hay conexión pero, antes de que puedan darse sus nombres o sus teléfonos, se separan.
Micah está decidido a encontrar a su crush número 100 y por eso recurrirá a sus fieles seguidores, que son un buen montón, para que le ayuden a localizarle.
Juntos seguirán las pocas pistas que tienen para localizar al chico número 100.
La historia gira sobre esta premisa inicial pero poco a poco se van desarrollando muchos otros temas como la diferencia de clases, los secretos, la idealización de las relaciones, la importancia de ser uno mismo y mantenerse fiel a sus ideas...
Y es que la búsqueda del chico número 100 solo es el principo.
La novela se lee en nada, es muy adictiva y te mantiene con ganas de más hasta el final, además se viven momentos muy divertidos y muy cuquis, todo ello sin dejar de lado los temas importantes que os he mencionado antes.
Los tres amigos me han encantado y los secundarios que les acompañan creo que completan muy bien el elenco.
En definitiva una lectura que me ha enganchado y que os recomiendo mucho. Podéis encontrarla en la Libroteca o pedirla desde la web para que os la envíe a casa.
