La memoria cosida con agujas del corazón

Hilos de colores es uno de esos álbumes ilustrados capaces de emocionarnos desde el principio de la historia tanto por el texto como por las maravillosas ilustraciones de Elena Ferrándiz.

En la Libroteca uno de los álbumes ilustrados para adultos que más se vende y que siempre gusta muchísimo es «El abrigo de Pupa» también de Elena y es que tiene una sensibilidad especial para contar sus historias.

En este caso nos encontramos con una de las enfermedades más tristes tanto para el que la padece como para quienes están a su alrededor, el Alzheimer si bien es cierto que esta palabra no aparece en todo el libro, sino que nos encontramos con una clara metáfora que a mí además me ha parecido preciosa.


Y es que la historia gira en torno a los hilos de colores con los que la abuela de la protagonista, que a la vez se vuelve protagonista durante un momento de la historia, ha ido tejiendo su propio vestido.
Hilos carmín como la sonrisa de su madre, naranjas como las pecas de su mejor amiga o azules como las tardes junto al río, pero también negros como el adiós a su abuelo y violeta como el vuelo de sus hijos ya mayores.

Una metáfora que me encanta puesto que nuestros vestidos sin duda son aquellos que vamos creando con nuestras experiencias y las emociones que las acompañan y están llenos de colores de distintas tonalidades.
Pero el problema es que este vestido, tiene agujeros.


El lector conocerá la historia de la abuela través del cuaderno que le regala a su nieta. Unas memorias llamadas hilos de colores que nos hablan de esos momentos que han ido confeccionando el vestido y de esos agujeros que han ido apareciendo en él.

En este momento el álbum también refleja el sufrimiento de los que acompañan, los hijos que olvidan las pequeñas cosas que les ilusionan, como arreglar el jardín, demasiado ocupados en intentar remendar esos agujeros.

Las manos de todos los que intentaban arroparla y tapar los agujeros. Siempre cerca pero nunca suficiente.

Y tenerles también presentes en este libro es sin duda un gran homenaje a todos ellos.



El final de la historia es uno de esos bonitos que, pese a todos, nos dejan una sonrisa en la cara. Los besos siempre son la mejor medicina.

Las ilustraciones, como podéis observar en las fotos que acompañan la reseña son también maravillosas y logran transmitir a la perfección todas las emociones.

Un álbum precioso para todos aquellos que disfrutáis del álbum ilustrado, un regalo bellísimo para aquellos familiares de personas con Alzheimer y sin duda también un buen recurso para hablar del tema con los niños.

Si queréis podéis pasar a echarle un ojo por la Libroteca o pedirlo desde la web en el formulario.

El PVP es de 17,50€

Libroteca El Gato de Cheshire

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