¿Hasta dónde llegarías para salvar a tu padre? ¿Pondrías la mano en el fuego por él?

Riley lleva viendo a su padre en la cárcel algo más de 12 años. Compartiendo unas pocas visitas a la semana, donde aprovechan para jugar al ajedrez, su padre es un gran estratega y ser solo eso, padre e hija.

Pero el paso del tiempo y los recursos desestimados van mermando cada vez más las esperanzas de ambos.

Riley está convencida de que su padre es inocente. Él no sería capaz de hacer esas cosas que lleva escuchando desde que tiene seis años en los juicios y además su padre sigue manteniendo su inocencia.

Necesita hacer algo pronto porque su padre está a un paso de cumplir su condena.

El problema es que todo el mundo parece esconder secretos. Su madre apenas pasa tiempo en casa y aunque esto es algo que enfada a Riley y la hace sentir totalmente desamparada, no hace otra cosa que trabajar para sacar adelante a su familia.
Además ahora parece que está dispuesta a pasar página. Riley piensa que se ha rendido y no le será de ayuda.

Sus abogados y excompañeros del bufete no dejan de luchar pero parecen incapaces de encontrar la forma de sacarle de allí.

¡Tiene que haber algo que han pasado por alto y nuestra protagonista está dispuesta a encontrarlo!Pero no quiero que penséis en esta novela solo como un thriller. Lo cierto es que la historia gira alrededor de Riley y de cómo afecta a la vida de una niña, y ahora adolescente, tener a su padre en prisión.

Por eso, poco a poco la autora nos va dejando conocer más de ella. Podemos ver que es una chica solitaria, que se ha quedado sin amigos y que necesita escapar lejos de su entorno para poder pasar desapercibida y descansar de todo el ruido que ha generado y que todavía genera su padre.

Precisamente en una de estas escapadas conocerá a dos personajes con una relación entrañable que cambiarán el curso de los acontecimientos.

Todo se volverá complicado para Riley que deberá aprender a confiar en los demás.