Es una historia que lo tiene todo, un verano en el Pirineo (algo que se agradece especialmente en estos tiempos de confinamientos) una misterio, un pequeño romance (o varios) y un mensaje sobre la importancia de la memoria histórica, también importantísimo en los tiempos que corren, porque olvidar ciertos momentos de la historia solo harán que se vuelvan a repetir las mismas barbaridades.
Además me gusta pensar que es una historia donde se respira amor, amor por la familia, por los amigos y por los momentos vividos.
En la historia conocemos a Alba quien pese a haber terminado el instituto y tener por delante el que debería ser su mejor verano de la vida, no tiene ningún plan. Parece que este curso ha dejado más heridas que amigos. Así que finalmente terminará pasando el verano con su abuela y sus primos en el valle de Tena.
Allí conocerá a Noah quien también parece tener algo que resolver durante la época estival y del que iremos conociendo cositas poco a poco.
Alba quiere aprovechar el verano para conocer más sobre su abuelo, Martín.
Sabe que se unió a los maquis durante la Guerra Civil, cruzó la frontera y pasó los últimos años de su vida en un campo de exterminio. Pero parece que la herida que dejó todavía duele. Y nadie habla nunca de él.
Si queréis, África nos da la llave para abrir nuestra mente y dejar que sea nuestro corazón el que nos guíe a través de una aventura de verano que logrará que coincidamos en el espacio tiempo con unos personajes que bien se merecen un hueco en el cielo que queda entre nosotros.
Si os animáis a leer este libro, espero que sí, podéis pedirlo en la Libroteca o en nuestra web para enviar.