Si ya de por sí para cualquier adolescente es difícil el comienzo en el insti... imaginad por un momento que en el primer día de clase, donde no conocéis a nadie, acabáis en el despacho del director y encima no habéis hecho nada.
Siempre son duros los comienzos y eso es lo que le sucede a Lira.
Ella lo tenía todo planeado, en verano había apuntado una especie de lista junto a su mejor amiga de cómo sería el primer día de clase: levantarse a las 06.45, desayunar juntas, comprobar si van a la misma clase...
Pero nada sucedió como tenían planeado.
Lira no durmió en casa de su amiga Tania y para colmo llegó tarde a las clases...
Encima se sentía sola en aquel pasillo del edificio.
En esta primera historia de «Las Rolletes» vamos a ir conociendo poquito a poco a Lira: una chica que como ella se describe, tiene cara de pan y lleva gafas, pero eso no es motivo para que se metan con ella, ¿no?
Este será precisamente el motivo de su repentina visita al despacho del director.
Allí conocerá a una chica que en muy poco tiempo se convertirá en una buena amiga.
Se trata de Jimena, que también está "castigada" pero los motivos son de peso: ella quiere una extraescolar que no tenga nada que ver con balones (como las que ya existen en el instituto: fútbol, basket y hándbol).
Esto hará que se hagan inseparables y a raíz de querer formar una nueva extraescolar vayan conociendo a nuevos amigos.
El director les propondrá un trato: tendrán que ser las que más firmas consigan, estar al menos 10 inscritos en la extraescolar y tener un profesor que quiera impartirla.
Aquí empezará una contrarreloj por pensar qué extraescolar podría encajar con ellas, cómo conseguir las firmas y lo que es aún más difícil: que 10 chicos y chicas quieran apuntarse con ellas.
La historia está recomendada a partir de 9/10 añitos ya que tiene cerca de 250 páginas, pero a aquellos lectores que les guste el patinaje (artístico y sobre ruedas para ser más exactos) seguro que les resulta una lectura divertida y bonita.
La novelita aborda temas como las primeras amistades de la adolescencia, el no importar si una extraescolar es de chicas o de chicos y simplemente disfrutarla porque es lo que nos gusta y lo pasamos bien e incluso el bullying, ya que en varias ocasiones Lira y sus amigas tendrán que hacer frente a un grupito de chicas que les tiene envidia por todo lo que van consiguiendo y no dejan de meterse con ellas.
Amistad, superación, nuevos retos... todo bien agitado y tenemos la historia de Laia Soler.
Si queréis conocer más sobre sus libros, tenemos por el blog varios reseñados que también son suyos como «Heima es hogar en islandés» o «Nosotros después de las doce». Ya para un público más juvenil/adulto.