
Su padre es una de las personas más importantes del pueblo donde viven, ya que es el canciller de Jackalfax.
Se supone que todo esto tendría que ser perfecto para ella, pues no le falta de nada, pero arrastra una maldición junto a algunos niños del pueblo que la condena a morir justo antes de cumplir los once años.
Siempre que ocurre algún percance cerca de Morrigan, todo el mundo lo achaca a la maldición y por tanto su padre tiene que hacerse cargo económicamente de los "accidentes" que ella provoca.
Justo el día de la Nocturnal, cuando Morrigan va a cumplir los once años, aparecerá un personaje de lo más curioso (seguro que a más de uno os recuerda al Sombrerero Loco, como a mí), que se llama Júpiter North y se llevará a Morrigan lejos de Jackalfass haciendo pensar a todos que se ha muerto con la llegada de su cumpleaños, como narraba la maldición.

Una historia a la que poco a poco nos iremos habituando, tanto a la variedad de personajes que aparecen, como al mundo creado por la autora.
Seguro que a medida que vayáis leyendo os va gustando más y más.
Nevermoor es el sitio donde a todos nos gustaría vivir y tener a Júpiter como nuestro amigo del alma.
Morrigan es una niña entrañable. Es un personaje al que cogeremos cariño desde el principio y que a medida que avance la historia se irá volviendo más fuerte y segura en sí misma, pese a ser tan joven.

Le cogí también mucho cariño a Fen, la gata que se encarga de vigilar a Morrigan y a los amigos que irá haciendo en Nevermoor.
Por supuesto, no faltará un malo en esta historia. No todo podía ser tan genial, así que tendremos un malo.
Un personaje al que todo el mundo temerá en este país y que en algún momento, logrará contactar con Morrigan.
¿Qué sucederá?
Tendréis que descubrirlo vosotros mismos.

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