La magia de las pequeñas cosas puede empezar con una bonita portada ¿no? ;)

Hace unos días hablábamos de que las primeras impresiones con los libros nos juegan malas pasadas. Muchos nos dejamos llevar por una "cara bonita", algunos desechan a "la más fea" sin pararse a mirar su interior, o "su culo" al menos, jeje, pero en esta ocasión, la portada de "La magia de las pequeñas cosas" está a la altura del libro, por lo menos a mi me ha gustado y me ha parecido una lectura agradable. 

Lucille es una chica de 17 años que vive con su hermana pequeña en un pueblecito y que de la noche a la mañana ve como toda su vida y su futuro se desmorona. Su padre ha sido ingresado en una clínica tras perder el control y agredir a su madre en su presencia y su madre, que se tomó unos días de vacaciones, no ha vuelto a casa y no tiene ninguna noticia sobre su paradero. 

Es cierto, que en principio, esta historia recuerda a una "Pipi Calzaslargas" adulta capaz de vivir y sobrevivir sola sin que nadie lo evite y esto podría parecernos algo irreal. Además está el hecho más que cuestionable de que una madre desaparezca, tras lo que han vivido, y deje que sea su hija quien tenga que hacerse cargo de todo, pero soy de las que cuando lee no se para mucho a cuestionar si las cosas podrían o no podrían ser, quizá porque leo mucha literatura juvenil distópica todo me parece ya posible. ;)

Durante la novela sufrimos con Lucille continuamente, tanto por toda esa responsabilidad que recae sobre ella, facturas, alimentación, cuidados de su hermanita, esconder el secreto para evitar problemas con asuntos sociales, ... como con todas esas preocupaciones que tan presentes están en la vida de un jóven, amor y amistad.

Así conocemos a Ellen, su mejor amiga y Digby, su hermano gemelo y de quien Lucille está perdidamente enamorada. Ambos personajes son muy importantes en la novela y van ganando protagonismo.
Los acontecimientos se van sucediendo con ritmo y eso hace que no puedas despegarte del libro, si bien no encontramos un texto lleno de aprendizajes, el tema quizá si daría para ello, como el título, encontramos un montón de momentos que guardarnos. Porque la gente no siempre es lo que parece y las buenas acciones llegan de donde menos las esperamos.

Por ponerle una pequeña  pega, el final me ha dejado un poco... enfadada, según iba avanzando en la lectura, cada vez con más ganas de conocer el destino de los personajes, me daba cuenta de que quedaban muy pocas páginas para poder explicar todo, para poder dar algunas explicaciones que tanto necesitaba en ese momento... y zas, llegó el final.

Pero como digo, es una pega pequeña porque he leído que esta novela tiene continuación, así que me he quedado más tranquila y he comprendido más el final. :) Si no, seguramente mi reseña tendría otro tono, jeje.

En resumen, una novela que se lee muy rápido pero que no pasa por tus manos sin aportarte nada, aunque quizá podría hacernos sentir mucho más "la maga de las pequeñas cosas", sí que nos enseña un poco de esa magia.
Una lectura para disfrutar si buscas algo para liberar la mente que te devuelva la fe en los demás y las buenas acciones.

Y vosotros, ¿habéis leído la novela? ¿qué os ha parecido?  

Libroteca El Gato de Cheshire

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